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Testimonio cirugía obesidad - Isabel

Tengo 41 años y hace unos 18 que empecé a acumular peso. Desde pequeña había jugado al fútbol. Lo hice en primera división nacional, y practicaba también el fitness. Y, de un día para otro dejé todo el deporte que hacía. Fue entonces cuando empecé a engordar. Sí que notaba que iba ganando quilos, pero reconozco que pasaba de todo. Te miras en el espejo, pero no reaccionas. Mi madre son 15 hermanos, y todos menos uno tienen sobrepeso.

Yo me iba comprando tallas más grandes de ropa como si nada. Hasta que llegué a pesar 114 quilos. Iba probando dietas, pero no perdía nada. Mi médico de cabecera me dijo que si continuaba con tanto sobrepeso, podría tener un infarto, y me derivó al Hospital Josep Trueta para que me hicieran pruebas. Tenía el colesterol alto, todavía lo tengo ahora, pero por lo demás, era una persona sana, solo con sobrepeso. Y ya pensaba en la posibilidad de hacerme una operación bariátrica, pero entre la preparación y la lista de espera, tenía que esperar unos cuatro años.

Un mes antes de la intervención ya tuve que intentar perder peso, y la última semana, toda mi alimentación fue a base de batidos. Entré en el quirófano con 107 quilos.

En el hospital estuve dos o tres días solo. La primera semana estaba super eufórica. La segunda me vino el bajón. Me faltaba azúcar, pero poco a poco fui aprendiendo a escuchar a mi cuerpo. Al primer suspiro ya notas que estás llena. Recuerdo que la segunda o la tercera semana tenía que comer 50 gramos de proteína y el resto, verdura, y yo con tres albóndigas ya estaba repleta.

Había llegado a tener una talla 56. Comprar ropa que me fuera bien era un suplicio, no encontraba nada. Ahora, con una 38, puedo comprar lo que quiera. Antes iba siempre con chandal.

La decisión de operarme no fue difícil. Mi pareja también tenía que pasar por lo mismo, y nos dijimos: ¿Nos compramos un coche o nos operamos? Y elegimos la intervención, y a través de una amiga, conocimos al Dr. Ramon Vilallonga.

Después de mi experiencia, a cualquiera que tenga un sobrepeso como el que yo tenía le diría: Si quieres seguir viviendo, opérate, si quieres volver a mirarte a un espejo, a ser feliz otra vez. Y si le tienes miedo al quirófano, piensa que más miedo deberías tener a infartar o a morir durmiendo.

En nuestra sociedad, cuando tienes tanto sobrepeso, la gente siempre acostumbra a decir de ti que eres muy simpática. Cuando te adelgazas, te dicen de todo, incluso gente que no me hablaba, lo hicieron cuando vieron mi cambio.

Con todo esto he aprendido a amarme más a mí misma y a pasar más de lo que digan los demás. Yo, en realidad, siempre he respetado a cualquiera, tenga el aspecto físico que tenga. Creo que una cosa es la salud, y otra es acompañar a las personas, sean como sean.

En Tik Tok tengo una familia, lo vivo con los pies en el suelo y mi empatía. Psicológicamente, cuando pierdes tanto peso tienes que vigilar que no se te suban los humos, porque la autoestima aumenta mucho. Yo ahora me gusto un 100% más. Y en Tik Tok reflejo lo que soy y veo que abriéndome yo, la gente se abre. Me ha ayudado mucho y me ha hecho sentir importante, sobre todo porque muchos me han dicho: estoy deseando llegar a casa para ver tus vídeos.

Ahora siento mucha más tranquilidad y estoy mucho más animada. Mi proceso ha ido muy bien. En el primer año y medio tras la operación se suponía que tenía que perder el 72% del sobrepeso. Y yo, en los primeros 6 meses ya perdí el 68%. La doctora hizo el gesto de quitarse el sombrero. Yo me hacía fotos cada dos por tres y me decía: guau! Pero si tenía costillas! Me tenía que haber detenido en los 68 y ahora estoy en 66,300.

En realidad, ahora como porque toca comer, porque me cuido, porque el cuerpo me lo pide, el estómago, no tengo hambre mental. Aprendes a escuchar a tu cuerpo.

Y, después de 17 años sin hacer deporte, he vuelto a jugar al fútbol. Ahora sé que quien la sigue la consigue. Ese ha sido mi día a día. Lo más importante es que la gente que se quiere operar cierre los ojos, escuche a su cuerpo, y sienta ilusión de vivir. Yo he vuelto a nacer.

 

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