Header dental

Estética facial

La tez, la superficie que cubre la piel en el rostro, con el paso de los años tiende a perder su tensión natural. Pero recuperar la naturalidad y estética del rostro se puede conseguir gracias a un compuesto de células: el ácido hialurónico.

Es un polímero, un compuesto químico abundante en las células del organismo. Gracias a él, la estructura de la piel se mantiene tersa, firme, hidratada y con tono. Por ello, es un componente muy utilizado en medicina y en cosmética. Ayuda a recuperar el tono de tejidos musculares bajo la piel y sobre ella, el efecto de rejuvenecimiento es notable.

Conseguir naturalidad y armonía en la cara es el principal objetivo del tratamiento con ácido hialurónico.

Además de la función estética, este tipo de tratamientos se realizan para recuperar movilidad y, por tanto, funciones del rostro que pueden haberse visto disminuidas tras una lesión o, en algunos casos también, por un defecto hereditario.

El asesoramiento médico es imprescindible a la hora de determinar la mejor intervención para lograr la naturalidad deseada en el proceso. No es un procedimiento complicado que, sin embargo, acaba reduciendo arrugas y consigue hidratar e iluminar la piel.

Se pueden hacer modificaciones que mejoran el estado de los labios, el mentón y los pómulos, y el efecto visual es inmediato tras la intervención.

Infiltraciones con bótox

A partir de los 40 o 45 años, los músculos faciales pueden ir perdiendo su tono y la piel se destensa por esos pequeños vacíos propios de la flacidez natural. A eso hay que añadirle que la expresión facial que ejercitamos por el impulso de las emociones. Esa expresión va marcando unos movimientos que pueden, según el tipo de piel, marcar más o menos el rostro con arrugas o fijar el camino de la expresión con líneas bien claras. Para eliminar todos esos trazos en el rostro, el especialista en estética introduce una muy fina aguja de una jeringa que contiene una sustancia de uso médico bajo la piel. Se libera dicha sustancia justo en la zona que presenta la distorsión dérmica. Esta técnica es mínimamente invasiva, un tratamiento ambulatorio y muy exitoso.

El contenido que se introduce bajo la piel para corregir la deformación es la toxina botulínica, más conocida como bótox. El efecto dura unos siete meses.

Para prevenir la relajación del tono muscular facial y que no surjan de manera temprana las arrugas propias de la expresión facial, el bótox se puede infiltrar antes de los 35 años.

Una vez ya han aparecido las ondulaciones dérmicas resultado de esa pérdida del tono muscular bajo la piel, se puede recuperar el espacio cedido bajo la piel que da lugar a las arrugas y marcas de expresividad.

Los tratamientos con toxina botulínica se realizan en diferentes sesiones a lo largo de unos 4 o 6 meses y después de cada sesión, su efecto se percibe a partir de las 48 horas y a los 10 días aproximadamente el aspecto es el óptimo.

Artículos relacionados


Profesionales

Equipos asociados

MAXILONET

Suscríbete a la newsletter