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Estética dental

Carillas dentales

Para corregir la pérdida de color o desgaste de los dientes, por roce o pequeñas fisuras, se colocan unas muy finas capas de porcelana o composite. Se tapan así los defectos y se puede equiparar el tono dental conjuntamente.

Coronas

Con el mismo objetivo de corregir forma o color de los dientes, la corona completa mucho más que la carilla, que solo cubre la parte frontal del diente, mientras que la corona lo enfunda, quedando cubierto por delante y por detrás y protegido. Incluso se pueden utilizar para substituir un diente que se ha visto reducido a una mínima expresión.

Blanqueamientos

Eliminar o cubrir las manchas de los dientes se puede lograr con un proceso de blanqueamiento. Se pueden aplicar diversas técnicas, que requieren más o menos visitas. La luz de led o de láser, aplicada en la consulta, son algunas de ellas. Otros tratamientos para el blanqueado se aplican en casa, de noche, o también durante el día, mediante una pasta que trabaja directamente sobre la dentina gracias a la presión que realiza sobre ella una férula que contiene el producto blanqueador.

En paralelo al blanqueamiento, y para contribuir a su efectividad, es necesario no seguir hábitos contraproducentes, como fumar o tomar bebidas que tiñen la dentina, como es el café o los tés.

Ortodoncia

A menudo, la correcta ubicación de los dientes se relaciona con la estética, pero su importancia para nuestra salud es lo que prioriza la intervención de la ortodoncia. Es la especialidad odontológica que se ocupa de estudiar y corregir posiciones anómalas de las piezas dentales, dientes, muelas, y todo lo que afecta a las zonas maxilares, de la mandíbula. El vocablo ortodoncia lleva incorporado el prefijo ‘orto’, que significa recto y ‘doncia’ se refiere a los dientes.

La salud dental condiciona la salud y bienestar global de la persona. Molestias bucodentales pueden derivar en otras complicaciones, y no poder masticar bien, a la larga, repercute en una peor digestión y malestar del estómago y los intestinos.

Apiñamientos dentales –una pieza que crece sobre el espacio de otra-, mordida cruzada, dientes retenidos –que no tienen espacio para salir adecuadamente-, demasiado espacio entre dientes –diastema-, dientes impactados, mordida abierta o sonrisa poco estética son las anomalías más frecuentes que la ortodoncia corrige.

Las maloclusiones dentales afectan aproximadamente a un 90% de la población. Si no son tratadas, pueden derivar en anomalías de articulación temporomandibular (ATM), de habla y de masticación, desgaste de esmalte en las piezas dentarias y problemas en las encías (enfermedad periodontal).

Por estética y funcionalidad, que van como vemos de la mano, en muchos de estos casos se recomienda el tratamiento con ortodoncia.

La edad adecuada para tratar las maloclusiones dentales varía según el tipo, problema, y gravedad. Se aconseja visitar al especialista tan pronto como se detecte el problema. No obstante, es indicado realizar una visita anual a partir de los 6 años de edad del paciente para analizar el crecimiento y desarrollo del niño. La ortodoncia interceptiva en niños puede empezarse a temprana edad.

Procedimiento

Es importante realizarse una revisión dental completa para asegurar que la boca se encuentra sana y limpia, antes de colocar los brackets. Por ello se realiza una higiene dental y se solicita un control periodontal para asegurar que todas las estructuras que envuelven al diente están sanas.

Antes de la colocación de la aparatología, se lleva a cabo un estudio, que consiste en realizar una serie de registros, como radiografía lateral del cráneo, para elaborar un estudio cefalométrico, una ortopantomografía, registros fotográficos y modelos digitales en tres dimensiones (3D). Con los registros se comprueba la evolución del tratamiento.

Se dispone de distintos modelos de ortodoncia: desde los brackets más tradicionales hasta las férulas transparentes (Invisalign), una firma de alineadores dentales prácticamente imperceptibles y removibles que permiten al paciente hacer vida normal sin las molestias que puede causar una ortodoncia fija convencional.

Tipología de brackets

  • La ortodoncia convencional con brackets metálicos es el tipo de aparato dental más tradicional y están fabricados con acero inoxidable.
  • La ortodoncia con brackets autoligables cuenta con un mecanismo que actúa como tapa, haciendo que el bracket se pueda mover libremente sin que el arco se descoloque.
  • La ortodoncia con brackets estéticos responde a un tipo de ortodoncia más estética, ya que el bracket intenta mimetizar el color del diente. Puede estar fabricado en zafiro o cerámica.
  • La ortodoncia Invisalign es el tratamiento de ortodoncia más novedoso actualmente. Consta de férulas transparentes que, además de ser casi imperceptibles y por tanto estéticas, proporcionan mayor comodidad a los pacientes frente a los brackets. También disminuyen el tiempo de tratamiento y se pueden quitar para comer y lavarse los dientes, facilitando de este modo la higiene bucodental.

Invisalign funciona con la colocación de unos alineadores transparentes extraíbles que se cambian cada 15 días o semanalmente durante todo el periodo del tratamiento, dependiendo de cada caso. Los alienadores son personalizados para cada paciente y se fabrican a medida. El seguimiento del tratamiento se puede hacer visualizando la progresiva situación de los dientes en 3D.

Este tipo de técnica permite llevar una vida diaria normal mientras corrige la mala posición de los dientes con el máximo nivel de estética de una manera eficaz, invisible, indolora y removible. Para que este tratamiento sea efectivo, el uso óptimo recomendado es de 20 a 22 horas al día, permitiendo al paciente comer y cepillarse los dientes de forma habitual. Con este tratamiento, los tiempos de visita se reducen en comparación a un tratamiento de ortodoncia convencional y las vistas de revisión se hacen aproximadamente cada 4 semanas.

Con la utilización de brackets se consigue:

  • Solucionar las maloclusiones y las malas posiciones que afectan de forma directa a la salud. Con ello, recuperamos la total funcionalidad de la boca y la estructura dental
  • Disminución del desgaste dental
  • Eliminación de dolores provocados por una mala mordida
  • Reducción del desplazamiento dental con los sistemas de retención posteriores al tratamiento
  • Mayor higiene dental
  • Menor probabilidad de padecer caries o enfermedades periodontales
  • Reducción del bruxismo
  • Mejora de ingestión y digestión de alimentos, gracias a una correcta masticación
  • Corrección de problemas de pronunciación

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