1. Área personal y social. Para favorecer el conocimiento de sí mismos y ayudarles a desarrollar su seguridad y confianza podemos realizar juegos sencillos que les faciliten la interacción, expresión emocional y representación. Algunos ejemplos de juguetes pueden ser: las marionetas; cajas de juego simbólico para jugar a cocinitas, doctor, veterinario, supermercado etc.; bebés o peluches para cuidarles, darles de comer, vestirles; cajas para insertar figuras de diferentes formas, juegos de construcción y aplicables; cuentos con solapas para descubrir y encontrar un estímulo, instrumentos musicales para jugar al director de orquesta o encontrar al que se ha escondido tocando alguno de ellos. Daremos importancia en el momento del juego su capacidad de atención y permanencia de objeto añadiendo a las dinámicas curiosidad y juegos de esconder o esconderse en función de la edad. También podemos incluir algún juego de mesa que encontraremos desde edades tempranas para poder cooperar, hacer turnos, etc.
2.  Área sensoriomotriz. Es el área que permite al niño descubrir y fomentar su capacidad de exploración para conocer el entorno que le rodea. Existen juguetes que favorecen el desarrollo de los diferentes sentidos o bien si se es mañoso se pueden elaborar en casa utilizando objetos cotidianos que permitan la experimentación y la relación causa y efecto que tanto sorprende a los niños. De cero a seis años debemos favorecer que el niño experimente con todo su cuerpo diferentes sensaciones que le ayuden a organizar y comprender la información que recibe. En la carta no debería faltar algún patinete, bicicleta, triciclo, columpio, hamaca, túnel, casita, saltador, pelota que permita al niño moverse, balancearse o esconderse. También existen diferentes materiales para manipular, fomentar su creatividad y motricidad fina como pinturas, pompones, cuentas para enhebrar, esponjas, sellos, pegatinas, troqueladoras, papeles de diferentes texturas. Otro juego divertido puede ser un kit de cocina, realizar alguna receta fácil y que posibilite al niño manipular, oler, tocar diferentes texturas de alimentos así como motivarles a probar sus creaciones.
3. Área de comunicación y lenguaje. Es importante que desde pequeñitos estimulemos la capacidad de comunicar y expresarse de nuestro hijo, favoreciendo la atención y el intercambio a través de la mirada, los gestos, las vocalizaciones y las palabras. Cualquier momento de juego o la realización de una actividad sirve para estimular esta área, pero para añadir a nuestra lista estaría bien contar con cuentos adaptados según la edad. En un principio con imágenes más grandes y coloridas que permitan acceder y reconocer al vocabulario propio del entorno y con poca letra. Luego iremos introduciendo cuentos clásicos o de temáticas de su interés en los que haya más contenido simbólico y lenguaje escrito para que el niño vaya relacionando y comprendiendo el significado de las letras. Otros juegos divertidos pueden ser los que implican reconocer sonidos, juegos de cartas para hacer mímica, o representar una acción. También podemos reforzar la musculatura de la boca con el fin de favorecer la producción de sonidos, por ejemplo pompeaos, globos, silbatos, etc.
4.  Área cognitiva. El desarrollo de esta capacidad es fundamental para que el niño organice y estructure su pensamiento y fomente su capacidad de aprendizaje. En esta área podemos añadir juguetes en los que pueda manipular y diferenciar formas, colores, números, letras, tamaños. Encontraremos puzles, esponjas, figuras de madera, pizarras, juegos magnéticos, series lógicas, secuencias temporales, construcciones, juegos de clasificación, juegos de memoria y libros de observación para encontrar una imagen. 

Por último, queríamos hacer referencia a los juegos digitales ya que son un recurso muy valioso, pero con el cual debemos ser cautelosos en la cantidad de tiempo en la que el niño pasa delante de una pantalla. Es bueno compartir el juego con él, así como alternar este medio con juegos que promuevan el ejercicio y la interacción con los demás. Así que un buen gorro y una bufanda también son un regalo perfecto para disfrutar de actividades al aire libre. 

Neus Marí Cardona
Psicopedagoga – Especialista en Atención Temprana
Unidad de Neurodesarrollo